MEDIDAS NECESARIAS PARA AFRONTAR EL RETO DEL TRABAJO VIRTUAL EN LAS COMPAÑÍAS
Como veníamos hablando en nuestros artículos “EL RETO EMPRESARIAL DEL TELETRABAJO Y LOS CAMBIOS QUE AFECTAN A LOS TRABAJADORES Y DIRECTIVOS y EMPRESAS CON VALOR SOCIAL AUMENTAN LA PRODUCTIVIDAD EN TÉRMINOS SOCIALES Y ECONÓMICOS”, el trabajo virtual consiste más allá de realizar una actividad profesional a distancia, en un nueva propuesta laboral, económica y social, donde la relación empleado-empleador adquiere dimensiones nunca antes vistas en la generación de ambientes de trabajo amables y sanos.
Al inicio de la pandemia, los trabajadores tuvieron que comenzar a trabajar desde sus casas. La prioridad se basaba principalmente en dos ejes: la continuidad de las operaciones y la seguridad sanitaria de los empleados. Esto hizo que el foco en las herramientas tecnológicas tomara fuerza e importancia dando acceso remoto al casi 100% de los trabajadores, para mantener a las compañías. Este nuevo concepto de trabajo en la virtualidad, un año y medio después, propone una serie de ventajas que han llevado a las empresas, a plantearse un nuevo modelo laboral y económico, sin embargo, también a permitido tomar consciencia de riesgos ocultos que requieren atenderse para seguir adelante.
Las empresas han logrado disminuir costos de operación, pues la mayoría o la totalidad de los empleados, están trabajando desde sus hogares, lo que ha generado un ahorro significativo en arriendos, servicios, seguridad y tiempo real de trabajo; la no necesidad de infraestructuras costosas y grandes instalaciones, han favoreciendo la subsistencia de las compañías, así como la calidad de vida en los trabajadores.
Ahora, meses más tarde y con multitud de equipos de trabajo prestando servicio desde sus domicilios, los riesgos del teletrabajo, entran a jugar un rol importante en la permanencia de las empresas. El aprovechamiento de las condiciones del trabajo virtual, pone en la mesa la necesidad de dar respuesta a problemas, tales como: falta de concentración, sentido de pertenencia disminuido, dificultad para separar la vida profesional de la personal, sensación de aislamiento, dificultad para trabar en equipo, comunicación ineficiente a nivel de compañeros, subordinados y entre las distintas áreas laborales, en muchos otros aspectos.
En este tiempo, artículos del New York Times han propuesto la creación de espacios virtuales distendidos, donde los trabajadores puedan charlar entre ellos de manera relajada, organizar comidas virtuales a través de videoconferencias, o generar canales de comunicación donde comparten temas extra laborales como, temáticas culturales; convirtiéndose en la mejor forma, para generar pertenencia y ambientes laborales solidarios. Por otro lado, la revista de negocios Forbes propone tres pilares para fortalecer la gestión de equipos remotos: (1) claridad para establecer pautas laborales remotas, (2) límites y objetivos precisos, (3) comunicación directa y amable, estrategia que mantiene la motivación, la creación de lazos y el sentido de pertenencia con la compañía.
En resumen, existe un reto claro a la hora de abrazar el modelo de trabajo virtual por parte de las empresas: conseguir que sus equipos puedan participar, colaborar, y así sentirse integrados con sus compañeros de la misma manera que lo harían si realizaran su trabajo desde una oficina. Por ello, cuando busquemos un modelo tecnológico que nos abra las puertas del teletrabajo, no hay que olvidar que las herramientas de comunicación colaborativas deberían ser pieza integral de las mismas.
Además, se recomienda mantener una comunicación activa en la que siempre haya algo que contar, tanto formal como informalmente. Para las empresas es importante crear espacios que en el mundo remoto no se dan de manera natural y trabajar por mantener a un equipo unido y que nunca deje de estar conectado.
Atmosfera Organizacional propone su alternativa METODO que consiste en desarrollar elementos fundamentales para el trabajo virtual. Esta propuesta, centra su atención desarrollando Madurez en los trabajadores que permitan interactuar y responder asertivamente en forma remota, en el trabajo. Equilibrio entre sus actividades laborales, familiares y personales, que reduzcan la probabilidad de agotamiento y vivencias de impotencia. Tecnología, con un buen manejo y acceso a herramientas virtuales de información y comunicación que favorezcan el liderazgo y el trabajo en equipo. Objetivos efectivos, con decisiones que atiendan las posibilidades reales en el espacio laboral, a nivel de: equipo de trabajo, mercado, competencia y adaptabilidad al cambio. Decisiones colaborativas donde se realicen análisis y opciones que permitan establecer dinámicas laborales amables y efectivas. Y por último desarrollar Objetivos trascendentes que permitan el crecimiento integral y ético del trabajador, dando mayor importancia al desarrollo del sentido de vida que a la calidad de vida.
En definitiva, el trabajo virtual puede ser una experiencia positiva pero que representa grandes retos y riesgos, que se deben tener en cuenta antes de tomar cualquier decisión entre la virtualidad y la presencialidad. Si las empresas no toman medidas necesarias para enfrentar estos retos, muchas personas pueden perder su rumbo y dejar a un lado la motivación hacia el trabajo, generando rotaciones, enfrentamientos y reprocesos, no sanos para las empresas, y a mediano y a largo plazo impactando el en PyG de las compañías.