autoritarismo

DINÁMICAS QUE POTENCIALIZAN EL AUTORITARISMO DE LOS LÍDERES EN EL ESPACIO LABORAL

En nuestros dos anteriores artículos Tensiones y falta de comunicación en el ambiente de trabajo como síntomas de acoso laboral y Entender y afrontar el acoso laboral, depende de la identificación del victimario que la genera, buscamos mostrar los efectos e indicadores de maltrato en el espacio laboral. Este articulo busca presentar la dinámica victima victimario desde una perspectiva más profunda y por ende esclarecedora.

Que una persona sea maltratada y que se le imposibilite pedir ayuda o denunciar, lleva a cuestionamientos que van más allá del acosador o victimario.

En el silencio fuera de existir miedo y temor a la pérdida del trabajo, también se puede identificar:

  1. Idealización del victimario
  2. Baja estima de la victima
  3. Sometimiento al victimario por ganancias secundarias.

Estos tres aspectos muestran cómo aceptación de dinámicas de poder están asociadas principalmente, a la imagen profesional y económica que la víctima desea alcanzar.

Idealización del victimario:

Son Atributos sociales, económicos, físicos o culturales que la víctima le da al victimario y que le permiten a este último, sentirse importante y con el derecho de imponer su realidad y demandas de manera autoritaria e impositiva.

Los victimarios son personas que debido a su egocentrismo parten de que su percepción de la realidad es la correcta o en el peor de los casos, es la única que debe ser atendida; perspectiva que se exacerba con la idealización que hace el victimario de sus características, llevándolos a ser más prepotentes y autoritarios en su trato laboral.

¿La agresión dada por el victimario se incrementa por la idealización de la víctima? Si. Debido a que la persona que tiene el poder, no encuentra oposición alguna a las decisiones y trato dado por una aceptación incondicional y de admiración.

¿El derecho a pedir ayuda y denunciar se restringe si la víctima considera que su jefe es el modelo a seguir? Si.  Debido a que ella considera que es un modelo de identificación y por ende define el deber ser laboral, que lleva al éxito.

Baja estima de la víctima:

Percepción de sí mismo empobrecida, y comparada con la capacidad y atributos del victimario. Cuando las personas no se aman, no se aceptan y no se valoran en sus cualidades, tienen una percepción negativa de sí mismas. Son personas que tienen dificultades para tomar decisiones, presentan miedo exagerado a equivocarse y prevención a dar a conocer sus opiniones, llevándolos a pensar que no pueden realizar su trabajo tan bien como le gustaría a su jefe victimario.  Generalmente la victima presenta una auto percepción de desvaloración, lo que la lleva a sentir que el victimario es alguien superior, que tiene derecho a maltratar.

¿La víctima siente el maltrato recibido como una forma para mejorar laboralmente? Sí. La baja autoestima o desvalorización la lleva a sentir que el victimario es alguien superior, que tiene el derecho a hacer los comentarios y acciones necesarias, en pro de su crecimiento profesional.

¿Se puede reconocer y neutralizar al victimario cuando este es idealizado? No. La victima carece de la madurez y fuerza para enfrentar a una persona que él o ella considera superior, aunado a la baja estima que tiene sobre sí mismo; Solo expertos en el manejo de las emociones y en el doble mensaje, pueden descubrir sus intenciones y neutralizar sus efectos.

Sometimiento al victimario:

Aceptación de las demandas del abusador a cambio de sentirse más y alcanzar lo deseado dentro de la organización. La víctima busca excesiva aprobación, debido a un concepto negativo que tiene sobre sí misma, llevándola a someterse y a aceptar la crítica descalificadora de su jefe en relación con los logros alcanzados. Se genera un círculo vicioso, en donde la baja estima se profundiza y la idealización se incrementa, aceptando que el victimario defina los retos y cargas, y por ende los costos a asumir solo en pro de alcanzar el éxito deseado.

¿El victimario abusa del poder dado por su subalterno? Si. Dominarlo o someterlo de manera física, verbal, psicológica, económica y sexual, se constituye en la mejor forma que el abusador tiene para incrementar su estima y vivencia de superioridad.

¿El victimario busca hacer sentir menos a su víctima?  Si. Debido a que éste, define su capacidad y fuerza, en la obediencia y sometimiento del otro a sus decisiones, máxime si la víctima considera estas acciones, como una forma de ascender o ganar privilegios a interior de la organización. Este tipo de relación, puede constituirse en una dinámica sado-masoquista extrema, muy costosa para la compañía.

En conclusión se puede decir, que la reducción del acoso laboral no solo se debe centrar en la identificación de personas acosadoras narcisistas, líderes egocéntricos o con altos niveles de competitividad, sino también en el desarrollo emocional de los trabajadores en general, para que el éxito y la estabilidad no sean construidas a partir de definiciones culturales preconcebidas acerca de: inteligencia, capacidad y valía.

En el ámbito de trabajo el acoso laboral tiene una relación directa con dinámicas competitivas-comparativas debido a que ambientes donde se da una relación comparativa se valida la percepción de ser mejor que o más que. Esta estructura cognitiva permite concluir que la lucha y la confrontación son dinámicas que aceptan “que el fin justifica los medios”.

El acoso laboral hace referencia a la acción de un victimario a producir miedo, desprecio o desanimo en el trabajador, acción que puede darse a través de:

  • Comentarios verbales descalificadores (Burlas, señalamientos de los errores en grupo, exageración de fallos o errores, ofensas, difusión de falsos rumores, amenazas).
  • Comportamientos gestuales y relacionales agresivos (Desprecio, aislamiento, exclusión, no ser tenido en cuenta).
  • Decisiones agresivas con respecto al trabajo (Asignación de tareas humillantes, absurdas, sobre exigentes, con control excesivo en horarios y funciones)
  • Valoración negativa del trabajador en ausencia de este, sin dar la posibilidad de defensa, o minimización de sus esfuerzos, logros o méritos.
  • Decisiones laborales excluyentes (Negar permisos y derechos que otros tienen, aislar del grupo de trabajo, quitar funciones y responsabilidades del cargo).

Es de suma importancia que las compañías, identifiquen si la relación de trabajo jefe – subalterno, replica la dinámica patriarcal, en donde el hombre es más que la mujer, o el blanco más que las otras razas. Aproximación socio cultural, que valida el ser más como algo natural y el poder como un derecho y autoridad que permite el control sobre el otro, generando ambientes laborales sin inclusión, centrando la dinámica laboral en la obediencia y el sometimiento de los subalternos a las figuras de autoridad.

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